Esta mañana, mejor dicho, madrugada, me reía con Dios. Recuerdo que el sábado le decía que tenía tanta sed de acercarme a Él que no tenía que esperar a que yo me levantara para buscarle, ¡que me despertara! Dios toma en serio lo que le decimos... así que hoy a las 4 y algo de la mañana, cuando caía en cuenta de que me tomó la palabra, me acerqué a Él.
Es gracioso como se involucran las emociones cuando oro y lo que éstas pueden hacer cuando es el corazón el que está en control. Puedo mover montañas en un segundo; estoy convencido; las veo levantarse ante mí, la tierra tiembla, puedo oír el rugir, hay árboles desprendiéndose y cayendo a mi alrededor, y justo cuando empiezan a moverse... "bueno Señor, claro, *gulp*, por supuesto que si es Tu voluntad...". Lo malo no es que ruegue que se haga su voluntad, ¡claro que es correcto! El problema es cuando la uso como una excusa porque mis miedos invaden mi corazón, porque la duda y el temor al fracaso comienzan a volar alrededor de mi cabeza , cuando descubro el costo de lo que estoy pidiendo y me doy cuenta de que tal vez la cosa requiere más fe, más soportar, más esperar, o un poco más de dolor y sacrificio del que quisiera dar o experimentar... ¡PUM! la montaña cayó... todo quedó en su lugar.
Rom 15.13 Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.
Definitivamente para creer necesito del Espíritu Santo. Es impresionante todas las áreas que involucra creer. No es meramente un acto mental, requiere también de un trabajo consciente para hacer que las emociones caminen en la misma dirección que nuestro espíritu o de lo contrario éstas terminan convenciendo a nuestra mente. Tiene sentido que Pablo ore para que Dios nos llene de todo gozo y paz, para que entonces, podamos abundar de esperanza, y no de otra forma, sino por el poder del Espíritu Santo. No es algo que pueda hacer yo solo, lo necesito a Él. Esto me da una idea de por donde empezar al orar... en lugar de dejar que mis emociones me dominen para primero llenarme de "ánimo y fe" y me lleven a lo alto para luego dejarme caer, necesito que alguien por encima de mis emociones tome control, alguien que no dependa de como me sienta. Y ahora sí, con las emociones sujetas al Espíritu, puedo creer, de verdad, sin altibajos. Que se preparen los cartógrafos y geógrafos porque van a tener mucho trabajo... muchas montañas van a cambiar de lugar.