01 febrero, 2010

el peor de los peligros

Esta mañana veía por televisión un programa acerca de los sobrevivientes de ataques de osos grizzlies y leones de montaña en reservas forestales de los Estados Unidos. Lo primero que pasó por mi mente fue, ¿cómo salir a correr por el campo sabiendo que esos peligrosos animales deambulan por ahí? Por supuesto estoy consciente que ellos no están esperando, agazapados, emboscar seres humanos para devorarlos, o al menos todos parecieron ser incidentes fortuitos... sin embargo, me parecía terrorífica la mera idea de ser mordido y rasgado hasta la muerte, oyendo mis huesos crujir y sintiendo como la piel es hecha tiras por garras con una fuerza sobrehumana... la sensación de impotencia... cuán indefensas se sentían las víctimas. Caminar por un bosque incapaz de detectar el peligro que se avecina... imposibilitado para ver a mi alrededor y percibir mi entorno con la agudeza de los seres que se esconden tras la espesa vegetación... pareciera entonces que todo es cuestión de los sentidos y de tener la capacidad de percibir el peligro, de mirar a mi alrededor con otros ojos.

Mateo 16:23 (Dios Habla Hoy)
23 Pero Jesús se volvió y le dijo a Pedro:
--¡Apártate de mí, Satanás, pues eres un tropiezo para mí! Tú no ves las cosas como las ve Dios, sino como las ven los hombres.

Capacidad de percibir y discernir no solo se requiere para sobrevivir en el mundo salvaje sino también en el mundo espiritual. No necesito ir a un bosque para encontrar un potencial depredador que ponga en peligro mi vida y sin embargo también se requiere de capacidad para distinguir al "enemigo" disfrazado, que se confunde con buenas intenciones y aparentes lógicos razonamientos que intenta destruir mi vida y arrancarle en tiras su propósito eterno. Jesús pudo ver a su enemigo detrás del aparente buen consejo de Pedro, pudo percibir de donde venían sus palabras, que en sí mismas suponían proceder del amor y cuidado de un buen amigo. Padre ayúdame a tener claridad para ver las maquinaciones de mi enemigo y poder percibir el mundo como tú lo haces. Ver la vida como las ve Dios, es lo que necesito cada día, y no solo para poder sobrevivir, sino también para vivir correctamente.

26 agosto, 2009


He pasado un par de días pensando en el tema de la santidad. Tal vez la mayor dificultad que se me presenta es la idea de estar conciente de ello todo el tiempo y especialmente cuando me encuentro solo. ¿Cómo vencer la tentación cuando volteo a mi alrededor y no veo a nadie? (o al menos a nadie para quien me importe mantener las apariencias).

1 Corintios 3: 16 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?

Esto me impresiona. No tengo que mirar alrededor a ver si alguien mirándome para guardar las apariencias. Vivir en santidad es más fácil cuando estoy conciente que en mí vive el mismísimo Dios. ¿A dónde te quiero llevar? ¿Qué quiero que veamos en la tele? ¿Qué páginas web quiero que veas? ¿En qué mentira quiero que me apoyes? Conciente de tu presencia en mi vida, conciente que eres mi compañero, conciente que tú no me abandonas y no hay lugar donde me pueda esconder de ti.

No voy a mirar más a los lados...

24 agosto, 2009

la revelación del llamado de Dios


Siempre escucho a la gente hablando del llamado de Dios y su voluntad. No puedo evitar asustarme algunas veces cuando les oigo hablar de esto como la suprema experiencia espiritual que solo un grupo iluminado, que ha alcanzado los escalones más altos de la intimidad divina, puede percibir, y por lo tanto, tienen toda la autoridad para enseñar como llegar a tales alturas, en un lenguaje que solo ellos y los ángeles pueden entender. Me niego a creer que la cosa sea tan compleja. Me rehuso a creer que solamente al vivir ciertas experiencias sobrenaturales me será revelado el misterio de la voluntad de Dios para mi vida, o que hay que tener un nivel de revelación tan profundo para que hasta los versículos más sencillos de la Biblia se conviertan en fuente de una nueva revelación que sin lugar a dudas es la nueva voluntad de Dios para la iglesia moderna.

Esta semana recibí el llamado de Dios para mi vida: 1 Co 1: 1, 2 "Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes, a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro". No, por cierto que no fue a ser Apóstol, al menos no por ahora :D, sino que fui "llamado a ser santo" (1 Tes 4:3 La voluntad de Dios es vuestra santificación...). Tal vez para algunos esto es demasiado simple. Lo curioso es que igual que este hay muchos otros textos que no requieren 40 días de ayuno y oración para que la voluntad de Dios sea revelada, textos que por cierto me tomarán toda la vida, día a día, hacerlos realidad en mi vida y que de igual manera me otorgarán una vida de satisfacción, fruto y bendiciones en el Señor. Soy pescador... necesito la cosa simple. Anhelo leer cada día la Biblia y reconocer de manera tan sencilla lo que Dios espera y desea de mi. Comienzo mi lista de Cosas que Dios desea de mí y para mí: 1. Ser santo porque Él es Santo (jajaja ese era más claro aún *suspiro*).

18 agosto, 2009

lo que importa es graduarse


Hace unos días me escribió una amiga misionera en Kenya y me contó que estaba muy deprimida y frustrada porque había raspado el examen final de la última materia del curso que necesitaba tomar en la universidad y que estaba relacionada específicamente con su trabajo en ese país. Yo pensé que sin duda esto le ocasionaría terribles problemas, quizá abandonar la misión, regresar a su país, tomar este curso de nuevo y aplazar sus sueños, al menos por un tiempo... cuando le pregunté acerca de las consecuencias su respuesta me dejó atónito... "no vale, nada que ver... yo aprobé el curso... pero me da mucha rabia raspar el examen final...". Exactamente lo mismo me pasaba hoy. Metí la pata y andaba todo deprimido... como si no tuviera esperanza alguna de reconciliación con Dios... como si eso significara que raspé en cristianismo 101 y no hubiera reparación... ya podía sentir el olor del azufre (es que a veces a uno le pega más duro hacer las mismas tonterías una y otra vez)... Hasta que mi esposa me recordó Prov 24. 17 "porque siete veces podrá caer el justo, pero otras tantas se levantará"... hoy raspé... pero de algo estoy seguro, y es que yo si me voy a graduar.

la respuesta sigue siendo la misma... ¡de ninguna manera!

17 agosto, 2009

para arriba y para abajo... para arriba y para abajo...


Esta mañana, mejor dicho, madrugada, me reía con Dios. Recuerdo que el sábado le decía que tenía tanta sed de acercarme a Él que no tenía que esperar a que yo me levantara para buscarle, ¡que me despertara! Dios toma en serio lo que le decimos... así que hoy a las 4 y algo de la mañana, cuando caía en cuenta de que me tomó la palabra, me acerqué a Él.

Es gracioso como se involucran las emociones cuando oro y lo que éstas pueden hacer cuando es el corazón el que está en control. Puedo mover montañas en un segundo; estoy convencido; las veo levantarse ante mí, la tierra tiembla, puedo oír el rugir, hay árboles desprendiéndose y cayendo a mi alrededor, y justo cuando empiezan a moverse... "bueno Señor, claro, *gulp*, por supuesto que si es Tu voluntad...". Lo malo no es que ruegue que se haga su voluntad, ¡claro que es correcto! El problema es cuando la uso como una excusa porque mis miedos invaden mi corazón, porque la duda y el temor al fracaso comienzan a volar alrededor de mi cabeza , cuando descubro el costo de lo que estoy pidiendo y me doy cuenta de que tal vez la cosa requiere más fe, más soportar, más esperar, o un poco más de dolor y sacrificio del que quisiera dar o experimentar... ¡PUM! la montaña cayó... todo quedó en su lugar.

Rom 15.13 Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.

Definitivamente para creer necesito del Espíritu Santo. Es impresionante todas las áreas que involucra creer. No es meramente un acto mental, requiere también de un trabajo consciente para hacer que las emociones caminen en la misma dirección que nuestro espíritu o de lo contrario éstas terminan convenciendo a nuestra mente. Tiene sentido que Pablo ore para que Dios nos llene de todo gozo y paz, para que entonces, podamos abundar de esperanza, y no de otra forma, sino por el poder del Espíritu Santo. No es algo que pueda hacer yo solo, lo necesito a Él. Esto me da una idea de por donde empezar al orar... en lugar de dejar que mis emociones me dominen para primero llenarme de "ánimo y fe" y me lleven a lo alto para luego dejarme caer, necesito que alguien por encima de mis emociones tome control, alguien que no dependa de como me sienta. Y ahora sí, con las emociones sujetas al Espíritu, puedo creer, de verdad, sin altibajos. Que se preparen los cartógrafos y geógrafos porque van a tener mucho trabajo... muchas montañas van a cambiar de lugar.

15 agosto, 2009

Salmo 84


1 ¡Cuán hermoso es tu santuario, Señor todopoderoso!
2 ¡Con qué ansia y fervor deseo estar en los atrios de tu templo! ¡Con todo el corazón canto alegre al Dios de la vida!
3 Aun el gorrión y la golondrina hallan lugar en tus altares donde hacerles nido a sus polluelos, oh Señor todopoderoso, Rey mío y Dios mío.
4 ¡Felices los que viven en tu templo y te alaban sin cesar!
5 ¡Felices los que en ti encuentran ayuda, los que desean peregrinar hasta tu monte!
...
10 ¡Más vale estar un día en tus atrios, que mil fuera de ellos! Prefiero ser portero del templo de mi Dios, que vivir en lugares de maldad.

Este salmista si que tenía claro de que se trataba ir a la casa del Señor. Se trata básica y exclusivamente de encontrarse con Dios. Y pensar que yo no tengo que ir a ninguna parte en particular más que a la privacidad de mi cuarto para tener un encuentro con Él. Después de todo ya no habita en una sala especial, con medidas y decoración precisamente diseñadas, en medio de alas de querubines y sobre la tapa de un cofre bañado en oro. Ya no es preciso subir una colina y entrar a un templo, ya no es necesario pertenecer a una familia en particular, ser parte de una tribu especial, de un pueblo específico para poder entrar, una vez al año, temblando de miedo ante la incertidumbre de que el más mínimo error pudiera costarme la vida, para tener un encuentro con la presencia de Dios. Parece mentira que alguien que tuviera tal restricción y apenas pudiera acercarse a Dios "de lejos" tuviera tanto entusiasmo. "¡Con qué ansia y fervor deseo estar en los atrios de tu templo!... ¡Felices los que viven en tu templo y te alaban sin cesar!... ¡Más vale estar un día en tus atrios, que mil fuera de ellos!". Cada vez que leo este salmo no puedo evitar las ganas de llorar. Dios yo quiero ese entusiasmo en mi vida, quiero anhelar que la noche pase pronto para despertarme y acercame a ti nuevamente, es más, ¡despiértame cuando quieras! Quiero experimentar un ansia sofocante, una sed insaciable por encontrarme contigo y beber del río de vida que mana de tu corazón, de tu Palabra. Quiero ir a la iglesia cada semana sabiendo que al estar reunido con mis hermanos allí estás Tú, en medio de nosotros, de una manera especial que no puedo disfrutar a solas. Me has dado un privilegio maravilloso, quiero, necesito, al igual que el gorrión, hacer nido y vivir para siempre en tu presencia.

14 agosto, 2009

todo un proveedor...

Si existe algo que me hace sentir satisfecho es sentirme proveedor de las necesidades de mi casa. ¿Qué puedo hacer? Soy un hombre, y desde los tiempos de Adán llegar a casa con el fruto de la cacería y alimentar a la familia es una sensación de satisfación y orgullo para los hombres. Tal vez es un pensamiento machista y fútil, pero poder llenar la nevera se siente de verdad muy pero muy bien.

Sin embargo hoy descubrí que no siempre proveer se siente bien. De hecho hay días en que no debería proveer nada. ¡Estoy cansado de proveer! Rom 13: 13, 14 Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne. La palabra proveer aquí implica que se buscó satisfacer, proporcionar lo necesario, de forma conciente.

Alguna vez leí en algún libro que todos los grandes pecados que cometemos son el resultado de pensar mucho en ellos... ya lo creo que sí. Son meditados... soñados... planificados... exploradas todas las posibilidades... las excusas... lo interesante es que nunca me siento bien luego de tanto esfuerzo, concentración y dedicación por proveer para mi carne. Es tiempo de andar como de día, de revestirme de Jesús y dejar a la carne morirse de hambre, vaciar su alacena, dejar que le corten los servicios... ¡muerte a la carne!. Es tiempo de dejarla morir. Carne, de ahora en adelante, busca a otro que te llene la despensa.